Después de un tiempo sin escribir por aquí, volvemos a la carga. Durante este tiempo he seguido caminando por otros caminos. Solamente el fatídico incendio que nos afectó a la Isla en Agosto, me hizo replantearme el continuar. Pero como cualquier otro duelo, seguimos adelante, en busca de nuevos rincones, nuevos lugares y sobre todo nuevos caminos… ¡de tierra!
En esta ocasión vamos a realizar una entretenida ruta por los Valles de Anaga, el de Valle Luis y el de Valle Tahodio.
Saliendo desde el caserío de Valle Luis, comenzamos por un empedrado camino, que por cierto es un camino real, a adentrarnos en el interior de estas montañas. Con una constante subida vamos vamos remontando el cauce del barranco Luis. Un barranco en esta época del año sin agua, pero que sin duda en invierno, o en la época de lluvias es un espectáculo ver correr el agua y la cantidad de cascadas y charquitos que se forman.





Esta primera parte de subida, nos encontramos antiguas huertas de cultivo abandonadas. Solamente quedan ya los bancales de piedra y algún que otro árbol frutal que a duras penas sobrevive. Pero si hay algo que llama la atención, eso es sin duda, la cantidad de rabo de gato que hay por todas partes. Esta planta invasora, una gramínea del noreste de África que se introdujo con fines ornamentales en los años 40 y ha crecido tanto en Canarias que ha llegado a colonizar y expulsar a algunas especies autóctonas. Pese a este panorama desolador que vemos en este barranco, la flora autóctona del cardonal-tabaibal resiste a duras penas con bonitos ejemplares por los murallones de este encajado barranco.
Casi sin darnos cuenta llegamos a una zona donde encontramos un tomadero de agua y una antigua infraestructura, donde antiguamente se aprovechaba el agua que se recogía en este barranco para llevarla a la presa de Tahodio.






Las casas de la Paja es el último vestigio, junto con una profunda tajea de la actividad que se realizó aqui. A partir de este punto nuestro camino se desvía para seguir esta antigua tajea que atraviesa la montaña por un túnel para llevarnos hasta la presa de Tahodio.
Pero antes de atravesar el túnel, decidimos subir a la parte más alta de esta degollada. Donde se nos había recomendado subir para disfrutar de unas vistas espectaculares de los valles. La subida no es excesivamente complicada, y en pocos metros alcanzamos la degollada, para que siguiendo la cresta, alcanzamos el mirador de La Fortaleza.
Desde este punto, encontramos unas vistas increíbles. Desde el Monte Aguirre, hasta el mar, con el espectacular Valle Tahodio a un lado y el Valle Luis a otro. Así como sus infinitos barranquillos que desembocan en ellos. Unas vistas de 360 grados, que sin duda merecen la pena el llegar a esta cumbre.



Volviendo sobre nuestros pasos, descendemos hasta encontrar la tajea que antes habíamos abandonado, que nos llevará a un túnel que servía para pasar el agua de un lado a otro. Este túnel, antigua conducción de agua, de unos 200 metros de longitud, no entraña ningún peligro aparente. Eso si, es necesario el uso de luz en su interior.
Al otro lado, ya en Tahodio, lo primero que observamos es la presa que dia a dia, año a año va resistiendo impasible al paso del tiempo.





Esta presa tenía el fin de almacenar agua para el riego de las fincas de plátanos existentes en el valle y de las pequeñas huertas que se encontraban en las márgenes del citado barranco, levantadas en bancales.
Esta infraestructura sería considerada durante el siglo XX como un elemento clave en la distribución hidrológica del valle de Tahodio, ya que era una de las presas más importantes de Santa Cruz de Tenerife y de la Isla, conocida popularmente como Charca de Tahodio.
Llegar hasta aquí saliendo del túnel es muy fácil, ya que un senderito marcado y paralelo a la tajea nos lleva hasta el lugar. Disfrutar de esta obra, viendo las imponentes vistas con el Monte Aguirre al fondo, una de las joyas vegetales del macizo de Anaga, ya que conserva un antiguo bosque de laurisilva, formado por una densa masa forestal, donde existen más de 30 galerías de captación de agua, de la que se viene abasteciendo la Ciudad desde 1706, es de obligatoria parada.
Ya desde la Presa, solamente nos queda bajar por una pista hasta dar con la carretera principal que nos llevará mediante un agradable paseo entre montañas por el fondo del barranco hasta el final de nuestra ruta.










Una entretenida ruta para disfrutar de estos rincones del Macizo de Anaga, donde en época de calor hay que extremar las precauciones por el excesivo calor que se puede acumular, y que sin duda en las épocas posteriores a las lluvias, el paisaje cambia por completo y podemos disfrutar de saltos, cascadas y charcos que se forman.
Perfil de la ruta:

Si te gustaría conocer este lugar y quieres disfrutar de este espectacular sendero que te proponemos, te puedes descargar el track aquí.
También te lo puedes descargar la ruta desde este enlace en:
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Gracias!!


Se ve muy interesante la ruta. Habrá que esperar que pase esta ola de calor para seguirla con Wikiloc. Gracias por compartirla
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