Cuando buscas silencio y encuentras lugares que te lo proporcionan, sientes una paz interior que te hace disfrutar mucho más de la ruta que haces. Un silencio profundo que solo es interrumpido por el suave murmullo del viento entre los árboles, mientras tus pasos resuenan en el sendero. Estar rodeado de una atmósfera tranquila y serena te permite conectar contigo mismo a un nivel más profundo, sintonizando con los sonidos suaves y los colores vibrantes que te rodean. La combinación perfecta entre la calma absoluta y la belleza natural te invita a sumergirte en la experiencia, liberando tu mente del estrés y las preocupaciones del día a día. Alejado del mundanal ruido, te sumerges en un estado de paz interior que te llena de energía y vitalidad, renovando tu espíritu con cada paso que das.

Esta caminata, es un reflejo de lo anterior. Comienza en la carretera de las Cañadas TF-38, concretamente en el Mirador de Chio, y descenderá desde el impresionante paisaje volcánico árido del Parque Nacional del Teide, a través del bosque de pinos de la vertiente occidental de Tenerife. Posiblemente una de las zonas más solitarias del Parque, esta ruta ofrece la oportunidad de sumergirse en la tranquilidad de la naturaleza, lejos del bullicio de turistas que unos metros más arriba se afanan en hacerse la foto más «instagrameable» de su vista a El Teide.

A medida que se desciende por el sendero serpenteante, se puede disfrutar de la diversidad de plantas y árboles que caracterizan esta región, pinos, jaras, retamas, observando la transición gradual desde el árido paisaje volcánico hasta el frondoso bosque de pinos. Además, esta tranquilidad nos lleva a poder avistar una variedad de aves autóctonas, como los picapinos o pinzones, que habitan en esta área remota, lo que añade un toque especial a la caminata. Sin duda, este recorrido combina la majestuosidad de los paisajes volcánicos con la serenidad del bosque, proporcionando una aventura inolvidable para los amantes de la naturaleza y el senderismo.

Seguiremos el sendero PR 70.3, bien marcado y paralelo a las estribaciones de la Montaña El Cedro. El camino se aleja un poco de los circuitos más conocidos del Parque Nacional, y eso se hace notar desde el primer momento. Una ruta que nos va a llevar a bordear la Montaña de Chasogo.

A poca distancia de comenzar a caminar, nos encontramos con una curiosa era. Una antigua era construida sobre lava pahoehoe, conocida como la Era de la Fajana de Charagueche, que hoy en día todavía se conserva.

El sendero serpentea entre la asombrosa geografía de esta zona volcánica, brindando la oportunidad de conocer la historia geológica de la región. A medida que descendemos, el paisaje cambia sutilmente, ofreciendo una diversidad de experiencias visuales y sensoriales. Las vibrantes vistas de las Islas de La Palma, La Gomera y El Hierro se despliegan ante los ojos de los aventureros, recordándoles la belleza y vastedad de este archipiélago canario.

La piedra suelta bajo los pies añade un elemento adicional a tener en cuenta en la ruta, requiriendo un paso cuidadoso y concentrado mientras se desciende por el Lomo de Las Vistas.

Sendero que aunque está bien definido, las piedras que ocupan todo el recorrido lo hacen no apto para gente que no tenga un paso firme A medida que el sendero transcurre, la inmensidad de los barrancos, como el de Tamuja, se revela, recordando a los caminantes, tan imponente fuerza de la naturaleza. Finalmente, el cruce de Chirche pone fin a nuestro descenso, momento en el que tomar una pausa de pausa antes de proseguir con nuestro recorrido.

En este punto tomamos la pista de Chasogo, que nos hace dar una amplia vuelta a la Montaña entre pinos y lavas.

Es recomendable descansar un tiempo, disfrutando de las impresionantes vistas de la Corona Forestal que se extienden ante nosotros, con sus verdes montañas y frondosos bosques de pinos.

A partir de ahora, comienza una lenta ascensión por una pista, cautivados por la belleza natural que nos rodeaba. A medida que ganamos de nuevo altura, el horizonte se amplía y divisamos el resplandeciente mar a lo lejos. Nuestro camino por la cara sur de la Montaña de Chasogo nos regala una experiencia inolvidable al fijarnos, y si el tiempo lo permite, el poder divisar La Gomera, La Palma y El Hierro.

La subida por la pista es constante pero no excesivamente dura, hay que tener en cuenta que es un paraje muy árido y el calor en determinadas épocas, y horas del día, puede llegar a ser extenuante. El refugio de Chasogo es otro alto en el camino donde podemos descansar y recuperar fuerzas. Aunque está cerrado al público, nos permite disfrutar de sombra y de descanso.

Tras un largo recorrido por la pista, siempre en sentido ascendente, llegamos finalmente al kilómetro 6 de la carretera de las Cañadas, TF-38. Desde aquí se puede volver al punto de partida por la carretera en 3 kilómetros.

De igual forma hay un sendero paralelo a la carretera que podemos tomar si nos resulta más cómodo, que ir tanto rato caminando por el asfalto.

Una ruta con unas vistas espectaculares, donde disfrutaremos de una de las partes menos transitadas del Parque y que hay que tener muy en cuenta el posible calor que podemos encontrar y planificar bien la cantidad de agua a llevar, así como gorro y crema solar para protegernos.

Perfil de la ruta:

Si te gustaría conocer este lugar y quieres disfrutar de este espectacular sendero que te proponemos, te puedes descargar el track aquí.

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/el-teide-circular-montana-chasogo-176430705

También te lo puedes descargar la ruta desde este enlace en:

https://www.komoot.com/es-es/tour/1690059291

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