Hay caminos verdaderamente increíbles, que por circunstancias, se han quedado en el olvido y difícilmente se van a poder recuperar. Detrás de cada paso, hay una historia de alguien que en su época lo transitaba, para moverse de un lado a otro o simplemente como medio de vida.
El camino de la Corcoba es un ejemplo de estos caminos olvidados. Un camino que unía las poblaciones de Chirche y Aripe con la cumbre, sorteando grandes barrancos como el Tagara.
Para recorrer este camino, que mejor que empezar desde la cumbre donde las vistas del pico de El Teide y Pico Viejo nos dan la mejor de las salidas en nuestro caminar, con unas increíbles vistas panorámicas. Desde el Mirador de las narices de El Teide, cruzamos la carretera para tomar el sendero que nos conducirá, por un mar de lavas, hasta la Montaña del Cedro. Un sendero enmarcado dentro de la red de senderos del Parque, que nos conduce por las antiguas lavas, por un terrero de malpaís, pegados al Roque del Cedro y la Montaña del Cedro.









Abandonamos la pista y tomamos una vereda a la derecha que nos llevará a la degollada del Cedro. Es un sendero estrecho y pedregoso que nos permitirá ganar altura, y al llegar a lo alto de la subida, disfrutaremos de vistas magníficas del Parque, con El Teide y Pico Viejo.
Continuando nuestro camino, encontramos la Fuente del Cedro, un antiguo manantial que abastecía de agua a cazadores y caminantes. Hoy en día, sigue siendo uno de los pocos lugares con agua, aunque la sequía actual también le afecta.







Dejamos atrás este magnifico lugar, para adentrarnos por un sendero, ya en la cara sur de la Isla y que entre pinos y grandes canchales de piedras nos conducen hasta alcanzar la torreta Forestal. Punto neurálgico, no solo por la importancia de este lugar para la prevención de incendios, si no que además es un cruce de caminos donde podemos dirigirnos a otros lugares, como el conocido Boca Tauce. En nuestro caso, desde este punto, tomamos el PR-TF70 hacia Guía de Isora.
Un camino poco transitado pero bien acondicionado, entre un maravilloso bosque de pinos, donde luchan por sobrevivir después del incendio de unos años. Durante este descenso, encontramos ejemplares enormes de pinos que no aguantaron el incendio y que hoy están caídos, formando parte del paisaje. Pero sin duda lo mejor es llegar al mismo borde del Barranco del Tágara, una pared casi vertical que nos proporciona una de las mejores vistas de la ruta, sin duda alguna, de este gran barranco.




Una increíble vista desde la cima hasta el mar del Barranco del Tagara nos deja sin aliento. La amplia panorámica de las medianías y la costa isorana se despliega ante nosotros. Observamos los viejos pinos canarios, algunos muertos y ennegrecidos, pero aún en pie, tras haber sufrido múltiples incendios. Junto a ellos, hay otros con troncos partidos, arrastrados por tormentas y desprendimientos de rocas, los cuales nos muestran que esta gran fisura en la tierra puede ser tanto un refugio como un cementerio forestal.
Unos cuantos kilómetros más adelante, el camino sigue tenemos que abandonar este camino, para tomar el llamado camino de la Córcoba.










Un camino antiguo, que hoy en día está totalmente perdido, por lo que transitar a partir de este punto es verdaderamente difícil.
La vegetación, se ha encargado de hacerlo desaparecer, lo que nos obliga a descender por el cauce del barranco y se convierte, este punto en algo bastante difícil.
ATENCION: La ruta está calificada como muy difícil, ya que el tramo comprendido entre que abandonamos el sendero PR-TF 70 y bajamos el camino de la Córcoba, esta totalmente perdido, y hay que improvisar bastante y bajar por el cauce del barranco un buen tramo hasta encontrar de nuevo el camino. Bajar por un barranco de cumbre, puede ser bastante difícil, e incluso peligroso. Si no se abandona el PR.TF.70 se puede hacer la misma ruta pero por la parte alta del barranco.
Abandonamos el gran barranco. Atrás dejamos el pinar, y entramos en un terreno en el que prosperan almendros, higueras, tuneras, tabaibas, verodes, bejeques, inciensos, tajinastes, vinagreras, jaguarzos, cornicales y demás plantas de la zona seca, todo un cambio de paisaje y donde hay que tener en cuenta que no hay nada de sombra.
Afortunadamente, tras unos kilómetros descendiendo por el barranco, encontramos el antiguo camino, que ahora está en buen estado y nos llevará al Mirador de Chirche.





Este último tramo final se hace por un sendero y una pista bastante empedrada, con bastante inclinación, que complican la bajada considerablemente. Solamente al final del recorrido nos adentramos entre huertas y cultivos y el terreno nos da un respiro justo para llegar al fin de este impresionante recorrido.
Una ruta con grandes vistas de uno de los barrancos mas impresionantes del sur de la Isla, con una vegetación exuberante propias de zonas secas y áridas que dibujan un paisaje que durante tiempo se ha ido moldeando.
Una ruta no apta, para gente que no esté habituada a caminar por estos terrenos y barrancos, ya que puede complicarse bastante. No hay que menospreciar, que es prácticamente un continuo descenso, ya que las rodillas sufren bastante y puede pasar factura durante el recorrido. al igual, evitar los días de mucho calor, ya que no hay ningún punto de avituallamiento, ni agua en el recorrido, y de la mitad hasta el final de la ruta, la vegetación de pinos prácticamente desaparece y hay muy poca sombra.
Perfil de la ruta:

Si te gustaría conocer este lugar y quieres disfrutar de este espectacular sendero que te proponemos, te puedes descargar el track aquí.

También te lo puedes descargar la ruta desde este enlace en:
https://www.komoot.com/es-es/tour/1971510284

¿Te ha gustado esta ruta? Ayúdanos a seguir descubriendo más lugares de la Isla compartiendo esta entrada en tus redes sociales. Puedes hacerlo con los botones que encontrarás más abajo. NO TE OLVIDES DAR ME GUSTA A ESTA ENTRADA!!
Gracias!!