Si hay algo que realmente valoro de la zona que hemos visitado en esta ocasión, es sin duda la abundancia de senderos y caminos que permiten explorar un lugar donde la paz se siente en cada rincón, y donde realmente podemos sentirnos en armonía. Hay espacios que se convierten en nuestro refugio, y sinceramente, caminar por este monte es uno de esos lugares mágicos que nos brindan descanso y tranquilidad.

La ruta de hoy es especial, no es una ruta al uso. Nos hemos permitido seguir pistas y senderos, adaptando nuestra jornada a lo que realmente nos gusta. Por eso, es una hermosa oportunidad para quienes desean disfrutar de una caminata sin un rumbo fijo, sintiendo la conexión con la naturaleza y el placer de cada paso.

Justo en el límite entre El Rosario y Tacoronte, comenzamos a caminar por la pista La Herradura. Es un camino que nos invita a sumergirnos en un bosque de laurisilva, un refugio de lo que alguna vez fue la exuberante vegetación de la Isla. Pronto dejamos la pista para adentrarnos en un sendero que nos conduce a través de la laurisilva, aún más espectacular, hasta el cruce de caminos de la Montaña El Haya. Este sendero es verdaderamente fascinante; aunque la falta de lluvias puede hacer que se vea un poco distinto, nunca deja de tener esa magia especial que caracteriza a estos bosques.

Tras los recientes incendios, se está llevando a cabo un esfuerzo significativo para recuperar nuestras preciadas especies autóctonas. En este proceso, hemos observado con tristeza cómo se han talado los antiguos pinos que no eran canarios, pero esto es parte de un compromiso por reintroducir las especies propias de nuestra tierra, como el fayal y el brezal. Es un camino difícil, pero cada paso que damos nos acerca a restaurar la belleza y la diversidad de nuestros paisajes. Y es que el ver una gran extensión de terreno totalmente despejada de vegetación llama poderosamente la atención.

Continuamos nuestro camino por la Pista de Las Cuatro Veredas, una de las tantas que nos invitan a explorar este encantador lugar, que se encuentra entre los municipios de Tacoronte y El Sauzal. Con cada paso, nos acercamos a uno de los rincones más emblemáticos de la zona, La Cruz de Fune. En este lugar, se erige una pequeña ermita construida bajo un acogedor acebiño, recordando la historia de un extranjero apellidado Fune, a quien debe su nombre la zona. Cada año, los vecinos llegan aquí con alegría, celebrando una emotiva romería el día de la Cruz (3 de Mayo).

El Bosque de Agua García es el último refugio de la magnífica selva de Monteverde en el norte de Tenerife, y sin duda, cada paso de este camino será una experiencia maravillosa para disfrutar. Es un recorrido sin demasiada complicación, ideal para sumergirnos en esta asombrosa vegetación, y casi sin darnos cuenta, llegamos al depósito de agua de la Hornaca. Este edificio es realmente de construcción extraña; un depósito de agua en plena naturaleza, y para llegar hasta aquí hemos recorrido la vereda de Cha Rosa.

La última parte de nuestra ruta la hacemos por la pista de La Hornaca y un tramo conjunto del GR-131 y que completará casi totalmente la circunvalación de la Montaña El Cerro.

Una ruta accesible y amigable, ideal para todos, que se puede adaptar al esfuerzo físico de cada persona. La variedad de caminos y senderos en la zona permite que cada uno diseñe su propia aventura, asegurando que todos puedan disfrutarlo a su propio ritmo. Además, no debemos olvidar que estamos caminando por un espacio de gran valor ecológico, que representa lo que alguna vez fueron los impresionantes bosques de laurisilva.

Perfil de la ruta:

Si te gustaría conocer este lugar y quieres disfrutar de este espectacular sendero que te proponemos, te puedes descargar el track aquí.

También te lo puedes descargar la ruta desde este enlace en:

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