Caminar por El Teide, siempre es agradable y más cuando el invierno entra en el Parque. En esta ocasión vamos a realizar un tramo de la más que conocida ruta de «las siete cañadas»
Y es que, en cada estación, el paisaje nos sorprende con coloridos y con flora propia. En el momento de realizar la ruta, como anécdota estaba lloviendo en la zona, por lo que la lluvia, muchas veces tan inusual en este lugar, nos dio un aliciente más para caminar y disfrutar del entorno.
Este camino, forma parte del Camino Real de Chasna, que unía las vertientes norte y sur de la isla, y sirvió desde tiempos anteriores a la conquista como cañada para la trashumancia del ganado.
Caminar por este lugar, es adentrarse en paisajes modelados por el fuego y sobre todo, otra forma de disfrutar de los contrastes volcánicos de El Teide. Una ruta que aunque en esta ocasión no la realicemos de manera completa, si lo haremos en parte. Un tramo suficiente para darnos cuenta y observar los distintos estratos que componen este majestuoso edificio volcánico.
Pero uno de los sitios curiosos que nos podemos encontrar dentro de PN de El Teide es la antigua cueva de Don Diego Hernández.
Seguramente pocos conocen la historia de esta persona. Don Diego Hernández, junto con Don Juan Evora, fueron los últimos habitantes permanentes de Las Cañadas de El Teide, siguiendo el modo de vida tradicional canario, pastoreando con sus rebaños en Las Cañadas.
La cueva, le servía de vivienda durante su estancia en El Teide hasta que empezaban las primeras lluvias, momento en el que descendía del Parque.
Llegar hasta aquí, es un sencillo paseo donde además podrás ver en la pared de la caldera capas de color claro que son de piroclastos blancos (pumitas), intercaladas con coladas negras, llegando el conjunto a una altura de 200m; constituyen el edificio de Diego Hernández. También podremos ver que, verticalmente, la atraviesan diques negros, entre ellos uno muy curioso llamado «Los cuchillos»
Sin duda un lugar donde los últimos habitantes de Las Cañadas, pasaban la primavera y el verano con sus rebaños en unas condiciones de no muchas comodidades.
Una ruta sencilla, casi sin desniveles, pero que no hay que menos preciar, ya que nos encontramos a 2100m de altura y que hay que hacer ida y vuelta. Por eso debemos medir nuestras fuerzas ya que en total son unos 10 km.
Tranquilidad y silencio fuera de los ruidos de guaguas y turistas que visitan cada año este lugar. Una caminata donde lo más importante es hacernos una idea de lo majestuoso que era y es, este imponente edificio volcanico.
Recordar que si transitamos a primeras horas de la mañana es aconsejable llevar algo de abrigo, si lo hacemos en las horas centrales es bueno llevar protector solar y gorro, además de agua suficiente. Además hay que recordar que está prohibido salirse de los senderos marcados por el propio Parque, por lo que cada uno es responsable de este cumplimiento.
Si te gusta este lugar y quieres disfrutar de este espectacular camino, te puedes descargar el track aquí:

Si quieres conocer mas sitios de Tenerife no dejes de seguirnos y disfrutar de nuestras fotos en Instagram:

Si te gusta esta entrada y nuestro blog, no dudes en compartirlo en tus redes sociales, nos ayudaras a seguir enseñando más lugares de nuestra Isla.