Hay parajes en los que te tienes que detener, en los que tienes que disfrutarlos desde el primer paso. Olvidarte de su dureza y fundirte con el entorno para disfrutar el máximo posible. Y es que Anaga, hacia donde nos dirigimos, es es lugar mágico donde hay que dejar de lado la dureza de su terreno y fundirse con el entorno para disfrutar de sus vistas. Y es que Anaga es para caminarla, para disfrutarlo con los cinco sentidos y empaparse de un lugar donde la magia de sus montañas, bosques, barrancos y caserios te van a atrapar y van a hacer de este lugar un sitio único.
Nos esperan cuatro etapas de esta vuelta a la Isla intensas. Cuatro etapas para disfrutar de este impresionante macizo e impregnarse de uno de los lugares mas bonitos e increibles de Tenerife.
Continuamos…
18ª etapa: JOVER-PUNTA DEL HIDALGO
A lo lejos ya se empieza a ver las crestas picudas que nos anuncia que estamos a un paso ya de adentrarnos en Anaga.
Desde Jover salimos en dirección Punta del Hidalgo. Un camino que pronto veremos interrumpidos por invernaderos y que nos obliga, como en otros lugares, a dar un rodeo. Ya de nuevo cerca del mar en la zona conocida como Milan, tenemos que cruzar un impresionante barranco. El barranco Agua de Dios es importante no solo por su carácter natural, sino que además es un importante lugar arqueológico por la cantidad de restos aborígenes que se han encontrado en esta zona.
El paso de este lugar hacia la otra parte, se hace a traves de un sendero que en algunos tramos presentan algo de dificultad pero sin mayor complicación. Un barranco que en su desembocadura nos llama la atención sus rocas negras, exculpidas durante miles de años por el agua.
Una vez salvado este accidente natural, volvemos a adentrarnos entre invernaderos que nos obliga a retroceder y separarnos de la costa. Caminando por asfalto y callejeando llegamos a Bajamar donde en el barranco de la Goleta nos encontramos un magnífico puente para cruzar de un lado a otro y que nos simplifica muchísimo nuestro camino.
A partir de este punto ya si que iremos paralelos al mar, contemplando esta zona de costa y algunas de sus playas entre calles y edificaciones. Un lugar mítico por el que pasamos son las piscinas de Bajamar tan frecuentadas por la gente del lugar. La playa de Arenal es posiblemente la más grande de esta zona y que separa las dos poblaciones, Bajamar y La Punta del Hidalgo.
Atravesar la Punta del Hidalgo es hacerlo también por sus calles y callejones que discurren cerca de la costa. Pero si por algo destaca la punta del Hidalgo es por su faro de estilo modernista que irrumpe en el paisaje dándonos la bienvenida a este icono fotográfico, que alumbra y guía a navegantes por la costa norte de la Isla.
A partir de este lugar nos encontramos un sin fin de charcos que, con marea baja, descansan a la sombra de los Acantilados de Anaga. Es la costa norte de Tenerife en general zona de mar bravío, traicioneras corrientes y fondos volcánicos. Una combinación de elementos que confieren a esta parte de la isla un carácter salvaje que atrapa nuestra mirada.
Recorrer este sendero litoral es empaparse de maresía con unas vistas increíbles y de lo accidentado del terreno con el Roque Dos Hermanos impasible y que hace de guardián de Anaga.
Una etapa sencilla y cómoda de recorrer, y que además nos permite disfrutar de zonas de baño y lugares de veraneo, mezclando paisaje con la comodidad de la accesibilidad al mar.
Sigue esta etapa descargándote esta ruta en wikiloc:
19ª PUNTA DEL HIDALGO-CHINAMADA-LAS CARBONERAS
El Macizo de Anaga es el lugar con mayor cantidad de endemismos que tiene Europa, el paraje más importante que tiene Tenerife, y como no, un placer para los senderistas por la cantidad de caminos, senderos y trochas que hay para recorrerlo. Reserva de la Biosfera desde 2015, es sin duda uno de los rincones más mágicos con los que cuenta la Isla.
Hasta ahora habíamos caminado muy cerca de la costa en todas nuestras etapas pero a partir de ahora nos adentramos en el impresionante macizo de Anaga, un lugar que simplemente por su nombre ya es extraordinario. En estas próximas etapas recorreremos uno de los rincones más bonitos de la isla. En estas próximas jornadas, nos vamos a tener que emplear a fondo, caminar pegado a la costa es tarea casi imposible, ya que los grandes acantilados, los barrancos y las montañas escarpadas hace muy difícil seguir la línea de la costa, por lo que nos adentraremos hacia el interior y disfrutaremos del verde y de sus numerosos caminos y caseríos tradicionales.
Quién conoce Anaga, ama Anaga, y es que esta reserva de la Biosfera es un reducto de lo que fue en su día los bosques típicos de la macaronesia.
Viviremos Anaga desde dentro y siempre mirando hacia la costa recorriendo sus caminos tradicionales que unían poblaciones y estos a su vez hacia la costa.
Saliendo de punta Hidalgo, con las impresionantes vistas del Roque dos hermanos y toda la costa escarpada, nos adentramos en el Parque rural de Anaga.
Llegar hasta Chinamada no es tarea fácil. Es el primer aviso de que nos adentramos en terreno difícil y abrupto.
Nuestro camino empieza nada más cruzar el cauce del barranco del Río. Un cauce que normalmente está seco, pero que en los meses de lluvias se convierte en un barranco que recoge muchísima agua. Los primeros metros de este sendero nos llevan a contemplar el famoso Roque dos hermanos desde su base. Una formación que cuanto más te acercas, más te impresiona, por su forma tan característica. A partir de este momento, y paralelos al barranco el Río comienza una subida de unos 5 km en los que en algunos tramos hay que emplearse a fondo.
La subida de este importante camino se ha ido modelando con el paso del tiempo para que la fuerte subida sea un poquitín más llevadera. Este camino en su día fue uno de las vias principales que unían el interior de Anaga con la costa. Un sendero que pese a su dureza será compensado por las estupendas vistas que podremos disfrutar en cada paso que damos.
Tras un increíble esfuerzo logramos divisar a lo lejos el Roque de los Pinos, señal de que nos acercamos a Chinamada. Un camino de almagre, tierras rojizas, vetas y pasos vertiginosos por las laderas escarpadas que nos brinda unas increíbles panorámicas de esta parte de la Isla.
Tras mucho esfuerzo llegamos arriba, a Chinamada. Un pequeño caserío ya en el interior de Anaga y que nos sirve de puerta de entrada a esta parte y punto de partida para seguir recorriendo nuestra aventura de dar la vuelta a la Ísla.
Desde Chinamada hasta las Carboneras, nos dirigimos por la carretera en un agradable paseo, contemplando el paisaje verde e increíble que nos encontramos al llegar hasta este lugar. Y es que Anaga es para caminarla, y disfrutar de todos sus rincones. Un trayecto final sin más complicaciones y que sirve para recuperar las fuerzas de la subida.
Las Carboneras, final de esta extenuante etapa donde tomaremos un merecido descanso, ya con vistas a la siguiente jornada.
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Resumen de esta octava parte:
- 19 etapas acumuladas
- 233 km acumulados
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