Dentro del Macizo de Teno, existen dos barrancos, menos nombrados que los tradicionales como puede ser Barranco Seco, Masca o Juan López entre otros. Uno de ellos con un nombre cuanto menos peculiar; Barranco de los Barrancos y Taburco. Esta ruta nos adentra en ellos, y nos lleva a conocerlos…
Una de las cosas que más me llama la atención de los lugares, es lo cambiante que pueden llegar a ser los paisajes.
Siempre he estado acostumbrado a ver una estampa verde de Teno Alto, prácticamente en cualquier época del año. Pero este verano, que está siendo extremadamente seco, se dibuja un paisaje completamente diferente a lo que uno suele ver en esta zona.
El verde de sus praderas, da paso a los tonos ocres de los pastos ya secos, perfilando, un paisaje diferente.
Desde Teno Alto, nos dirigimos en esta ocasión, hacia Los Carrizales, un pequeño núcleo de población que se encuentra dentro del Parque Rural de Teno. Atravesando dos grandes barrancos, por una zona poco transitada, y dónde antaño se cultivaba y había mas vida, pero que con el paso del tiempo quedo todo en el olvido.







Nos dirigimos hacia Matoso, un pequeño caserío de pastores, donde las cabras, son el único sustento para estas personas que habitan la zona. Un lugar de grandes praderas que se pierden en el infinito mar y donde podemos disfrutar de unas estupendas vistas de toda la parte de alta de Teno, y que si el tiempo lo permite, disfrutar de unas vistas privilegiadas de La Gomera.
Tras un agradable paseo disfrutando de estas vistas, llegamos al mismo borde de lo que es uno de los grandes cortes de la zona. El Barranco Los Barrancos, es sin duda, una gran quiebra en el terreno. Un paisaje salvaje y solitario, silencioso donde solo quedan restos de antiguos bancales de cultivos.
Desde este punto, el camino se torna un poco más difícil. El paso del tiempo y el escaso transito de personas, han hecho que el sendero este casi perdido y lleno de piedras. Llegar hasta el cauce del barranco no es tarea complicada, pero si que hay que tener mucho cuidado no despistarse del sendero.
Una vez en el cauce, hay que levantar la cabeza para observar que estamos entre dos increíbles paredes. Proseguimos el sendero, y empezamos a subir por la vertiente contraria hasta alcanzar una veta roja de almagre, muy característica del lugar, y que nos da una idea de la formación geológica de la zona. Una subida relativamente suave que nos llevará a coronar la cima de nuevo.








En lo mas alto de este lugar, y dejando atrás el impresionante barranco Los Barrancos, hay que hacer una parada obligada para contemplar la inmensidad de este lugar de la Isla. Nos encontramos solos en la inmensidad de la zona. Rodeado de barrancos y con formaciones geológicas mas propias de película marcianas.
Nos encontramos en la cresta que divide los dos accidentes geograficos. Divisando desde la alturas, nos encontramos ante nosotros el Barranco de Taburco. Mas impresionante que el anterior y a su vez mas largo de cruzar. Un paisaje constituido por antiguas terrazas de cultivo de secano (cereales), abandonadas hace mucho tiempo y que además, alberga vegetación arbustiva degradada por un excesivo pastoreo de óvidos.
Desde este lugar y con estas increíbles panorámicas, empieza nuestro descenso por un estrecho sendero y a veces puede ser vertiginoso, ya que discurre por alguna de las paredes verticales de este lugar y por donde se va haciendo el único paso natural para salvar este accidente geológico.
El camino se empieza a poner difícil, en el sentido de que hay que estar mas atento a nuestro caminar, ya que por donde transitamos no está en muy buen estado (piedras sueltas, plantas que invaden el sendero…), pero tampoco supone una gran dificultad.















Una vez en el fondo de este barranco, al que hemos llegado por un sinuoso camino, empieza un verdadero vía crucis, ya que tenemos que subir hasta la Cruz de Taburco en lo mas alto de la ladera, por un sendero muy empinado, que nos llevara a coronar los más 600 metros de altura donde se encuentra la Cruz. Un fuerte desnivel que pone a prueba la dureza de nuestras piernas y que se hace bastante tedioso, al estar en lugar donde no corre nada de aire, por lo que alcanzar esta cima es un verdadero reto.
La recompensa de alcanzar la cima, es sin duda las increíbles vistas sobre el caserío de Los Carrizales y toda este impresionante lugar.
Y si pensábamos que habíamos pasado lo peor, ante nosotros nos espera un difícil y sinuoso descenso entre cardones, tabaibas, verodes y retamas. Un descenso un tanto complicado ya que el camino está completamente perdido con muchos tramos con piedras sueltas que hacen aún más difícil el recorrido.
Tras un largo y arduo descenso llegamos al Carrizal Bajo, lugar recóndito entre barrancos pero transitado por numerosa gente que practica el descenso con cuerda en sus conocido barranco.
Desde este punto ya solamente queda el ascenso hasta el Carrizal Alto donde daremos por terminada está increíble ruta.

















Una travesía dura de realizar por el esfuerzo físico que conlleva que nos adentra en una zona solitaria y salvaje de esta parte del Macizo de Teno.
Evitar las horas de máximo calor, ya que atravesar estos barrancos profundos pueden ser auténticos hornos, así como llevar abundante acopio de agua y protección para el sol.
Perfil de la ruta:

Si te gustaría conocer este lugar y quieres disfrutar de este espectacular sendero que te proponemos, te puedes descargar el track aquí.

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