Las Lajas – Sombrero de Chasna – Cumbres de Ucanca hasta el Parador por el Sendero 31.

Volvemos al Área Recreativa de Las Lajas, para comenzar una de las rutas más apasionantes que he realizado últimamente. Por el lugar, por las vistas, por la soledad, o simplemente por descubrir uno de los rincones más llamativos, desde donde tendremos la perspectiva de todo El Teide-Pico Viejo como nunca antes la había observado.

Ya anteriormente habíamos subido hasta el Sombrero de Chasna y nos habíamos quedado maravillados de tan singular formación en un paraje sin igual. ( https://caminosdetierrasite.com/2022/11/25/el-sombrerito-de-chasna/ )

Saliendo desde Las Lajas recorreremos un sendero entre pinos canarios, en esta primera parte del recorrido, que aunque no es muy exigente, nos llevará hasta la cara norte de tan peculiar formación. El Sombrero de Chasna, que se sitúa a 2405 msnm y donde llama la atención su forma de seta, con un aire extraterrestre.

Desde este lugar y después de subir una ligera degollada, nos asomamos al filo de las Cumbres de Ucanca, justo por encima del camino llamado Andén del Gato, y que en la actualidad está prohibido su tránsito por el, ya que discurre dentro de los límites del Parque Nacional dentro de una zona restringida.

Desde esta zona, las vistas son increíbles e incluso de vértigo, todo el Valle de Ucanca, Roques García, los Azulejos, entre otras formaciones, están a nuestros pies. Vistas que las palabras no hacen justicia a describir, donde es casi imposible no quedarse con boca abierta ante tal maravilla.

La segunda parte del recorrido nos llevará a bordear estas cumbres por un sendero bastante bien marcado aunque con piedras sueltas y con una vegetación característica de retamas y rosalillo de cumbre. Desde este punto, dejando ya atrás el Sombrero de Chasna, disfrutamos de una magnífica panorámica de toda la vertiente sur de la Isla, donde podemos apreciar claramente el Puerto de Granadilla, Vilaflor, Montaña Roja, el Roque de Jama, Roque El Conde, e incluso Ifonche y el Roque Imoque.

El sendero nos separa un poco del filo, para adentrarnos mediante un sendero pedregoso y sinuoso en una de las zonas donde en la época de floración podemos encontrar una inmensa población de Tajinastes, aunque a día de hoy solo quedan los esqueletos de la anterior floración, entre un mar de codesos de cumbre. A partir de este lugar, por el sendero iremos llaneando y con posibilidad de acercarse al filo.

Junto a un montículo de piedras, el camino desaparece tal y como veníamos acostumbrados a seguir. Ante nosotros llegamos a un tramo bastante rocoso y donde tenemos que estar atentos al track; seguir las pocas señales oficiales de sendero 31 que nos encontramos. El camino nos lleva a unas escaleras de piedra bastante expuesta y que nos permite avanzar, por la parte de abajo, e incluso risqueando en alguno de los pasos para que, una vez cruzado esta zona lleguemos a un lugar llano donde a lo lejos divisaremos el camino a seguir y por donde tendremos como referencia unos pinos canarios.

Desde esta zona si nos asomamos, destacan las vistas inéditas de la zona de los Azulejos. A partir de este momento volveremos a realizar un pequeño ascenso por una zona bastante árida y llena de rocas en el sendero, que hasta casi se puede llegar a perder si no nos fijamos bien. Un sendero con zonas algo expuestas con suaves bajadas y remontes que nos van a acercar, a la tercera y última parte de nuestro recorrido, con las faldas de la Montaña de Guajara ante nosotros y por el otro lado el increíble barranco Eris del Carnero. A lo lejos divisamos ya, el sendero de subida al Alto de Guajara y el cartel informativo para tomar la bajada hacia el Parador.

El sendero de bajada comienza en un estrecho canal excavado en el firme y que nos asoma a las increíbles vistas de Los Roques de García, La Catedral y toda la zona del Parador Nacional. La bajada al principio es casi de vértigo, junto a una pared rocosa y un solitario Pino Canario donde podemos observar casi por completo el zigzagueante sendero, que nos lleva hasta la pista de Las Siete Cañadas. Una bajada con un firme bastante pedregoso y con tramos bastantes inestables, donde tendremos que extremar la precaución. Un descenso bastante pronunciado y que si miramos hacia atrás, nos daremos cuenta de la altura desde la que venimos. Solamente al final de esta bajada la pendiente se suaviza y la senda está bastante marcada a ambos lados, nada que ver con los metros iniciales del descenso.

Ya solamente queda girar la cabeza una última vez para divisar a lo lejos el recorrido que hemos hecho y ver la altura que no encontrábamos y por el sendero que hemos descendido.

Una ruta increíble por su panorámicas, con una dificultad media-alta y que tenemos que tener en cuenta que se trata de un recorrido por alta montaña y donde hay que tener un mínimo de forma física para realizarla. Durante el recorrido, tanto el sol, el viento e incluso el frío puede ser un condicionante a tener en cuenta a la hora de realizarla. Es importante llevar un buen aprovisionamiento de agua y comida ya que durante el recorrido no encontraremos ningún punto de avituallamiento de agua.

Un sendero para disfrutar de la soledad de la cumbre con unas vistas maravillosas donde nos sentiremos seguramente minúsculos ante tanta inmensidad y belleza natural.

Perfil de la ruta:

Si te gustaría conocer este lugar y quieres disfrutar de este espectacular sendero que te proponemos, te puedes descargar el track aquí.

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